Galería de Imágenes

Entrevista de unos jóvenes a las Clarisas.

¿Quiénes sois?

Somos las hermanas pobres de Santa Clara (clarisas).

¿Qué hacéis?

Un día intuimos en nuestro interior que teníamos una misión; que podíamos contribuir a embellecer nuestro entorno; nos enamoramos y pusimos manos a la obra.

¿Cómo?

Siguiendo las huellas de Jesucristo, nuestro Señor; haciendo vida el evangelio y con ello demostrando a los demás que es posible; que no es una utopía.

¿Por qué clarisas?

Nuestra fundadora es Santa Clara de Asís (Italia).

¿Quién era?

Una joven intrépida, valiente que fue capaz de enfrentarse a todos los convencionalismos de su época, con tan solo 18 años (a pesar de ser mujer con lo que ello suponía en el siglo XIII). Supo leer de su propio entorno cómo el hombre dominaba a otros por el ansia de poder y de tener. Ella cambió de dirección; optó por los pobres, por los desfavorecidos, por los que no cuentan.

¿ Cómo conseguir esto?

Eligiendo vivir en pobreza.

¿Qué supone ser pobre?

Hemos descubierto que nada nos pertenece, que todo lo hemos recibido de Dios y por ello queremos compartir lo que somos y tenemos.

¿Qué sentido tiene estar en un monasterio cuando hay tantas necesidades fuera?

Precisamente porque amamos lo de fuera estamos dentro. No huimos ni nos evadimos de los demás. Presentamos las inquietudes, las preocupaciones, las ilusiones, los fracasos, las alegrías de la humanidad, a Dios.

Irradiamos esa “energía positiva” – como diríais vosotros- y testimoniamos la vida del Reino. Portadoras de esperanza.

¿Qué tiene que ver esto para cambiar la humanidad?

Perdona amigo. Nosotras somos meros instrumentos en las manos de Dios. Queremos abrir nuestras vidas y manifestar otra forma d vivir: LA VIDA DEL ESPÍRITU. ¿Que no le conoces? Te lo presento: Es Alguien que está dentro de ti; es el que te hace capaz de que emplees lo mejor de ti mismo/a; el que hace que te ocupes del otro, de los demás y te proporciona paz. Cada vez que se rompe una cadena, hay victoria del Espíritu. Cada vez que se supera un miedo; hay triunfo del Espíritu. Cada vez que se termina con una dependencia, hay poder del Espíritu.

Y ¿qué me cuentas de la clausura?

Te diré que vivir en clausura significa estar inmersa en esta dinámica del amor. Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Cuando te dejas mover por el Espíritu, no haces las cosas por obligación o por interés, sino porque te sale del alma.

¿No os sentís desfasadas?

Frente a lo que se cree que “eso de ser consagrada ya no se lleva” te puedo decir que el amor no pasa nunca. Y Dios es Amor. Cuando uno se percata del amor divino que le habita por dentro, siente la necesidad de hacer partícipe a los demás.
 

 
 
Ver Vídeo-Documental Ser Clarisas Historia y Arquitectura Horario Galería de Imágenes Contacto Situación